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Día de la Entrevista


Tendría que haberlo supuesto, durante el viaje de ida hubo indicios. En el tren, además que tardo una eternidad a llegar a destino, se desmayo una chica en el mismo vagón en el que viajaba con dos compañeros más, Alejandra y Mauro. Sí de este modo comenzaba el día… era evidente que pasaría luego (Es fácil decirlo ahora que el día término y las cartas ya están echadas). La primera visita a la escuelita que se ubica en el interior del Hospital Garraham no fue fructífera. Mi entrevistada (la directora) estaba ocupada, tratando de solucionar algunos problemas que se le presentaron a último momento. Yo me convertí en una especie de vocera del grupo que habíamos invadido el hospital. Pero así como llegamos… nos fuimos, sólo para volver la mañana del día siguiente. Fue difícil despertar tan temprano pero valió la pena. En la escuelita hospitalaria, con un mejor ánimo todos se mostraron dispuestos a hacer las entrevistas. Yo lleve una serie de preguntas. Las cuales no me sabía de memoria, pero al llegar el momento del cara a cara la hoja no salió de la carpeta. Improvise y aunque en un principio estaba nerviosa pudimos armar una conversación.

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Reflexiones post tipeo

Luego de pasar la entrevista tuve la misma sensación que cuando termino de hablar mi entrevistada. Los primeros 20 minutos habló la institución, habló en su rol de vocera. Es decir, luego del “play” y de una primera pregunta mía, la directora poso su mirada al frente, como si estuviera leyendo una lamina detrás de mí y comenzaron a salir de su boca frases sin control alguno (y algunas sin coherencia alguna). Mi primera pregunta fue pasada por arriba, y retomada luego de diez minutos. Su discurso tenía un camino bien delimitado. Se notaba que estaba cómoda con ese recorrido temático preparado por ella misma. Pero mis preguntas la obligaron a ir por la banquina, es decir comenzamos a conversar sobre lo que a mí me interesaba. Nada del otro mundo. Pero diferente a lo que ella me planteaba en un principio. Y fue en donde afloraron sus mejores declaraciones. Repito. Nada del otro mundo, pero mejor que nada. (Hoy estoy negativa).

Texto a partir de consigna ritmo:

Llanto gigante azul fulminante de lo alto nace. Catarata caída consulta catapulta. Espuma resulta de su celeste caída. Llanto infinito oculta su culpa. Cae la lagrima insulta oculta. Cataratas resultan conjuntas. Cae a ritmo infinito flujo cataléptico. Naturaleza grita llanto gigante azul fulminante de lo alto nace.

Ensayo

El arte del periodismo “¿Cómo puede un escritor combinar con buen resultado dentro de una sola forma todo lo que sabe de todas las otras formas literarias?” se planteaba Capote luego de una vida de escindir su vocación de periodista y su talento para la ficción. Su respuesta sería la “novela verídica”, como él bautizó al género naciente. En este lado del mundo, “crónica” es el nombre que tomaría ese híbrido entre la literatura y el periodismo. El texto de no ficción resulta una herramienta poderosa del periodismo para sacar a la luz otras historias. Pero hoy este término se ha bastardeado amén de la inmediatez y de abaratar los costos que implica realizar una investigación completa. La crónica no es un género periodístico más, los cronistas no sólo cuentan un suceso sino que también presentan en primer plano su perspectiva particular ante estos hechos. Entonces me pregunto si la crónica no es en definitiva política y arte a la vez. Comienzo mi búsqueda tratando de definir cuáles son lo